Tareas diarias tan simples como cocinar, lavar los platos, o simplemente lavarse los dientes, pueden resultar un desafío para un niño pequeño. Los niños tienen mucha curiosidad por saber qué estamos haciendo en aquellas zonas elevadas donde no alcanza su vista.
Pero... ¡Tenemos la solución! Con estas torres de aprendizaje les permitiremos, además de ver todo lo que ocurre más allá de su campo de visión, participar en las tareas diarias y de este modo, desarrollarlos física, social, emocional y cognitivamente. Lo que refuerza la seguridad en ellos mismos y la autoconfianza.
Su diseño se basa en el principio básico de la pedagogía Montessori, facilitando su independencia y su participación en las tareas cotidianas de un modo cómodo y seguro.
Además, una ventaja que nos ofrece este modelo de torre, es que es convertible en pupitre: ¡De este modo ahorraremos espacio en casa!
La edad recomendada para empezar a utilizar la torre de aprendizaje es entre los 12 y los 18 meses. Cuando veamos que el niño ya anda solito y se aguanta perfectamente de pie.